
Los alimentos obtenidos mediante agricultura ecológica son más saludables, tanto para las personas como para el medio que nos rodea. En primer lugar, este tipo de explotación agrícola mantiene y mejora el buen estado y la fertilidad de la tierra de manera sostenible. Se fundamenta en el respeto de los procesos ecológicos, la biodiversidad local y los ciclos climáticos y naturales. Es decir, evita la utilización de medios externos con efectos contaminantes como químicos, pesticidas, transgénicos y otros productos de síntesis creados para aumentar la productividad de la tierra.

La ausencia de tratamientos químicos durante el proceso de producción alimentaria no implica, ni mucho menos, la ausencia de controles. El Reglamento Europeo 2092/91 incluye todas las especificaciones e inspecciones a las que deben someterse la agricultura y ganadería ecológicas, así como los sucesivos procesos como el envasado, transporte, etc.
Todos los productos ecológicos cuentan con una serie de certificados y sellos oficiales que ayudan al usuario a identificarlos y a estar seguro de su origen y proceso de producción.
En España, la producción ecológica está regulada por el Reglamento (CE) 834/2007

La ausencia de químicos en la fase de producción –tanto vegetal como animal- se manifiesta en alimentos completamente naturales, que mantienen su sabor original, en los que no se encuentra nada más que todo aquello bueno y necesario para el organismo.
La Ecocina cuenta además con el inestimable asesoramiento de la Fundación Alborada, institución de referencia en España en cuanto a medicina ambiental, que nos permite garantizar el uso de alimentos libres de tóxicos, pesticidas y hormonas.
Lo que NO encontrará en un alimento ecológico:
- Aditivos sintéticos
- Pesticidas
- Organismos genéticamente modificados
- Antibióticos
- Hormonas
Lo que SÍ encontrará en un alimento ecológico:
- El sabor natural
- Más antioxidantes
- Mayor valor nutritivo

La leche, los huevos y las carnes ecológicas provienen de granjas que cumplen requisitos específicos europeos sobre habitabilidad y cuidados de los animales y potencia la producción de variedades autóctonas, mejor adaptadas a las condiciones geoclimáticas de la zona. Con dichas medidas se trata de evitar el estrés y favorecer el crecimiento de los animales de una forma más natural.
Asimismo, los animales que viven en granjas de ganadería ecológica no reciben tratamientos con hormonas, es más, ni siquiera se les aplica la inseminación artificial y su alimentación se centra en pastos naturales o, en el caso de las crías, simplemente la leche materna.

El Ministerio de Agricultura reconoce a España como un lugar idóneo para la proliferación de agricultura y ganadería ecológica. La variada climatología de nuestro país, así como la amplia tradición agrícola, y el mantenimiento de razas de ganadería autóctona, ayudan a favorecer este tipo de producción alimentaria.
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